No era pequeño, era del tamaño de un estadio de fútbol: Montero y la nave de los alienigenas

nave ramiro ortega

“NO ERA PEQUEÑO…ERA COMO EL FELIX CAPRILES”

De Gonzalo Montero Lara*

“Era un viernes 12 de mayo de 1949 aproximadamente a las 21:45 de la noche. Tenía 12 años de edad cuando junto a mi padre y mi perro, retornábamos de la finca de mi abuelo en Santa Lucía, cuando lo vimos… no era pequeño… era como el Félix Capriles (Estadio de fútbol)…”

Con estas palabras Don Francisco Fuertes Taboada, trabajador jubilado de la Corporación Minera de Bolivia, COMIBOL, empresa estatal boliviana, donde cumplió varias funciones incluidas la de sanitario, por su formación en bioquímica y farmacia, inicia un singular relato sobre un tema que no es nuevo, pero que en nuestro medio no se le ha otorgado su verdadera trascendencia.

Francisco es hijo primogénito de quince hermanos, hijos todos del Sr. Vicente Fuertes Laurean, sereno de la empresa inglesa de ferrocarriles RALWAY, con quien visitaban semanalmente la finca del abuelo, don Nazario Fuertes de Díaz, ex torero de oficio, nacido en Sevilla-España y afincado en el valle potosino de Santa Lucía. Sembraban y cosechaban papa, haba, arveja, oca, e izaño, entre otros productos.

En la fecha indicada y a la hora señalada en el encabezamiento del relato, al retorno de la cosecha, hicieron un alto frente al ingreso de la llamada Cueva del Diablo, hallándose sumergidos en un denso y absoluto silencio, cuando se dio el extraño suceso que relata a continuación don Francisco:
“… Estábamos frente a la Cueva del Diablo, mi padre estaba abrigado con su saco de ferroviario y su sombrero negro y yo estaba con poncho y pasamontañas, cuando cansados nos sentamos sobre unas piedras para descansar y comer una ración de mote, charque, ají y papitas, cuando en medio de un total silencio escuchamos un sonido continuo, suave, sibilante, “finito”. Ese momento fue cuando vimos “eso”. Ahora sé que era un OVNI”. Podíamos verlo en un ángulo aproximado de 30° a unos 100 metros de distancia de donde estábamos sentados. No era pequeño, era como el “Félix Capriles”… como el estadio Félix Capriles. Estaba quieto en el aire sobre el cerro de la cueva. Era de color plateado. Arriba, al centro, sobresalía una cúpula que se mantenía quieta, pero el contorno giraba y emitía luces de color naranja. Allá en la base de la cúpula, se podían divisar algunas ventanas que permitían ver de medio cuerpo arriba a unos diez de sus ocupantes que se movían dentro. Parecían de baja estatura, seguramente medían más o menos 1.20 a 1.30 metros, eran de color plomo, de ojos grandes rasgados, orejas grandes y la boca arqueada como sonriendo cuyos extremos coincidían con las alas de una pequeña nariz. Eran iguales al dibujo del extraterrestre de su libro (se refiere a mi obra de cuentos”Viaje el fondo del Bar”).

tapa viaje al fondo del bar tapa02De la cara inferior del plato se abrieron una especie de compuertas, por la cual salieron dos naves más pequeñas, una de ellas igual a la grande y la otra tenía forma de un cigarro metálico. El platillo parecía apoyado en un trípode de luces cilíndricas de color azul-morado luego de la salida de las otras dos naves pequeñas. Después de permanecer quieto (no precisa el tiempo) se elevó en forma brusca en línea recta y luego cambio de dirección volando de manera horizontal (explica las características del vuelo levantando la extremidad superior derecha con el codo en ángulo de 45 grados, luego extendiéndolo en forma horizontal ) desapareció en un instante a toda velocidad…”

Habíamos pasado la noche en el lugar. Me levanté aproximadamente a las seis y media de la mañana, parece que mi padre se desmayó y tardó mucho en recuperar… estaba como borracho, y cuando regresamos a la ciudad no podía contestar a las preguntas de los periodistas de radio Potosí y Liberación que vinieron a la casa. Dijimos que nos desmayamos, pero en realidad yo no me desmayé, atisbaba todo lo que podía de reojo. Cuando me levanté eran las 6:30. Mi perro estaba en el suelo muerto con su lengua fuera. Yo también había sangrado de los oídos y nariz igual que mi padre y el perro, pero mi hemorragia mía no era tan grave. En cambio mi padre reaccionaba con dificultad, medio mareado, confundido y no podía escuchar bien. Estaba como borracho, tardó dos días y medio en recuperarse. Su reloj West Clock de bolsillo estaba parado, marcando las 22:25 p.m., cuando ocurrió todo…

Ya recuperado mi padre y desacreditado por algunos comentarios contrarios de algunas gentes poniendo en duda la verdad del relato y señalando que “estaba medio loco”, por un hecho de características aparentemente sobrenaturales que había participado antes. A los tres días, retornamos al lugar con él, donde trepamos al cerro de la Cueva del Diablo, para ubicarnos debajo de donde vimos el objeto y pudimos observar marcado en el suelo una zona redonda blanquecina; parecía quemada y había un olor a azufre.

En el pueblo, mi padre fue sometido a curaciones con vahos de ruda, romero y glicerina, aplicados al oído. Desde entonces ya no escuchaba por su oído derecho”.

El protagonista frente a la “Cueva del Diablo”
Don Francisco Fuertes Taboada, jubilado de la Corporación Boliviana de Fomento COMIBOL,es quien me contó el suceso. El relato se dio en una conversación, en un breve paréntesis de una consulta médica, y completó su relato en un café de la ciudad, en una tercera oportunidad. En tono tranquilo seguro de sus palabras narró este acontecimiento que le tocó vivir en su niñez en compañía de su señor padre. Es notorio que después de lo sucedido se interesó ampliar los conocimientos sobre esta experiencia acontecida en la década del 40, en la denominada Quebrada de San Bartolomé, región rocosa andina a siete kilómetros de la histórica ciudad de Potosí-Bolivia, conocida como la Cueva del Diablo, en cuyo interior se ha descubierto pinturas rupestres, muchas malogradas por desgraciadas inscripciones contemporáneas, alguna con mensajes de corte “satánico”.

¿Una nave nodriza?
El objeto volador no identificado, OVNI, avistado por el grupo, según me comenta admirado don Francisco, tenía la forma clásica del “platillo volador”; dos platos, uno sobre otro, unidos por los bordes o labios. Tenía un color de color plateado, y sobresalía en la cara superior una cúpula provista de una hilera de ventanas, en la parte inferior. Este domo podría haber sido una cabina de mando, que se mantenía estática, mientras el resto de la estructura giraba emitiendo luces de color naranja. La nave habría tenido el tamaño del Félix Capriles, estadio oficial de fútbol de la ciudad de Cochabamba, Bolivia. Este polideportivo, tiene una dimensión de 105 x 68 metros con una capacidad aproximada para albergar 27.000 espectadores. Era sin duda enorme para nuestra percepción y sin duda se trataba de una “nave nodriza”, que son una especie de estaciones o porta-naves espaciales, de la cual salieron otras dos naves más pequeñas de la misma manera como relatan experiencias en otras latitudes del mundo. Algunas como el presente caso, o cientos guardadas, emergen de ellas como muestra el filme de ciencia ficción “El Día de la Independencia”. Luego, la nave en cuestión, emitió tres haces de luz desde un similar número de puntos luminosos ubicados en la cara inferior, y los haces se fundieron en un haz cilíndrico que alcanzaba a iluminar la falda del cerro. Esta intensa columna luminosa, pareció catapultar hacia arriba a la nave, para luego esta alejarse, en vuelo horizontal, de manera vertiginosa.

Los “Grises”

grisesEl aspecto de los tripulantes corresponde a las populares descripciones de los “Grises”, pequeños (+ o 1.30 metros), grisáceos, de ojos rasgados. Según don Francisco, su aspecto era similar al dibujo de un popular “Gris” realizado por el artista Ramiro Ortega, para la ilustración de la portada de mi libro de narrativa fantástica y ciencia ficción “Viaje al fondo del bar” . Ortega cuenta a su vez que la imagen que dibujó en la portada del libro fue a partir del recuerdo de un “sueño lucido” que tuvo tiempo atrás, cuando antes del advenimiento del internet en nuestro medio, un “Gris” se le acercó a la cara y luego les dijo a sus congéneres “huele a océano”. En la actualidad, las imágenes de los grises, se hallan profusamente divulgadas por el sistema virtual globalizado. En la referida ocasión don Francisco se hallaba mirando con inusitado interés un ejemplar del citado libro en el Policonsultorio N° 32 de la Caja nacional de Salud donde atiendo consulta externa de medicina familiar. Esta afortunada circunstancia, fue el disparador que dio lugar al inicio de la conversación sobre este interesante y enigmático tópico El posterior relato del suceso y su ulterior publicación fue autorizada por el protagonista. Esta fracción de la historia obliga a una contrastación necesaria con la realidad de la agudeza normal de una persona promedio a los 12 Años de edad que tenía entonces el protagonista. Si el ángulo visual es apropiado y permitía observar la cara superior de la gigantesca nave. El oftalmólogo Karim Atue, estimó que a veinte metros se puede distinguir un rostro con algún detalle. A cien metros de distancia en un interior bien iluminado podrían observarse las siluetas de los tripulantes y tal vez estimar su tamaño. En este sentido, luego de varios años de interés sobre el tema de extraterrestres, don Francisco, puede haber modelado una imagen, de los “aliens”, ayudado por ilustraciones de numerosas publicaciones. Pero también existe la posibilidad de haber sido realmente abducidos al interior de la nave, quedando el recuerdo o impronta mnémica de los “Grises” conservada en su memoria. Sería interesante que don Francisco se someta a una investigación con hipnosis y regresión, más aun ahora, que existe la posibilidad material de realizarlas, por la presencia de profesionales interesados por estos fenómenos como es el caso del psicólogo y escritor Lic. Ivan Prado Sejas o el Dr. Oswaldo Peredo Leigue, más aún cuando en una entrevista posterior (24-junio-2014), él señaló que los seres emitían luz por los ojos, su piel “arrugada como del elefante” y “caminaban descalzos”. Al ser cuestionado de cómo pudo conocer estos detalles y cómo pudieron sobrevivir con el padre inmóviles en tan bajas temperaturas, él admitió la posibilidad de haber sido abducidos al interior de la nave.

Don Francisco está seguro que mi persona mantiene algún contacto con estos seres, extremo que negué, pero le indique que el tema alienígena me interesa por muchas razones. Al respecto mi confidente, sólo había comunicado lo sucedido a tres personas hasta el momento, porque según refiere, podía ser víctima de prejuicios maledicentes de gente de mentalidad estrecha, como la que afectaron a su señor padre.

“Hipersensibilidad electromagnética”

Respecto a las secuelas de este encuentro, el relato muestra que el padre, al reaccionar de su estado de inconsciencia, presentaba huellas de sangrado nasal, confusión mental y pérdida de la audición. Todo esto, característico del contacto con una fuente de emisión de energía electromagnética, denominada “Hipersensibilidad electromagnética”. El niño Francisco también presentó los sangrados, pero en menor con menor severidad. El animal: “…perro grande de raza, criolla de color plomo y orejas caídas…” estaba muerto, con las mismas huellas de sangramiento por oídos y nariz, además el cadáver estaba con la lengua afuera y mordida.

Por el lapso de unas ocho horas entre la pérdida de conciencia y la reanimación espontánea del padre, hubo la posibilidad de que hubieran sido abducidos al interior de la nave y sometidos a procedimientos de exploración o experimentación biológica que determinaron la muerte del animal, aspecto con el que don Francisco no está de acuerdo porque señala que “él” no perdió la conciencia en ningún momento y por temor estuvo fingiendo estar desmayado, tendido y atisbando el entorno de reojo. Afirma además, que en ningún momento los movieron del lugar. Me llama la atención que se mantuviera quieto en esa posición tantas horas, por ello pongo en duda el que haya estado consciente durante ese lapso, habiéndose alejado el “objeto atemorizante” y estando al lado el padre y la mascota “desmayados” y sangrando como señala que ocurrió con él mismo, acompañado de acúfenos.

La muerte de “Káiser”
Es probable que el canino, “Kaiser”, no tolerara la emisión de energía electromagnética o de otra naturaleza que afectó en mayor o menor medida a todo el grupo. Apoyando esta hipótesis que les afectó, está el testimonio: “…reloj parado a las 22:25 p.m.”. Don Francisco, añade, que no se explica“… ¿Cómo resistieron la prolongada exposición al frío altiplánico? Despertaron al amanecer. El sangrado del animal similar al de los humanos y la muerte del animal con protrusión y mordedura de la lengua, son características de la afectación del sistema nervioso central con hipoxia cerebral, es decir déficit de oxigenación celular del tejido cerebral.

¿OVNIS en Bolivia?

Sin pensarlo dos veces, me he permitido publicar este relato al cual lo considero verídico, por las características de la fuente y la similitud de la experiencia con otras parecidas, descritas en numerosos casos de la ufología publicados en todos los tiempos a lo largo y ancho del mundo en muchos medios, incluidos petroglifos, pinturas rupestres, jeroglíficos, cerámicas antiguas, pinturas medievales, incluso libros sagrados de diferentes religiones incluida la propia biblia. Me anima el propósito de ir ayudando a derribar los muros que se hallan entre lo que consideramos fantasía y ciencia ficción de una aparente “realidad” que nos interpela en forma permanente desde los orígenes de la tierra y de la vida.

El encuentro tuvo lugar en una época con oleadas de avistamientos en todo el mundo. Don Francisco Fuertes Taboada, leyó en un periódico de la época, que horas después de alejarse la nave, fue observado un OVNI en la ciudad Oruro y luego otro en La Paz. El creía y aun cree que se trataba de las dos naves salidas de la nave grande. Mencionó asimismo que muchos años después, en concreto el 6 de mayo de 1978 a horas 16:30 de acuerdo a publicaciones de los periódicos Clarín de Buenos Aires y El Tribuno de Salta, un objeto metálico incandescente de unos cuatro metros de tamaño con forma de balón de fútbol o cigarro metálico, como señalan contradictoriamente las publicaciones; elemento de probable origen extraterrestre, se estrelló en el cerro Zaire, cerca de la población minera de Mamora, en Bermejo a 147 km. de la ciudad boliviana de Tarija y cuyos restos según algunos informes, fueron recuperados y secuestrados por los tropas norteamericanas y enviados a ese país del norte a bordo de un avión Hércules C-130 de la fuerza Aérea estadounidense.

No existe persona que viva o haya trabajado en zonas rurales de no haya avistado “luces en el cielo”, incluido mi propio padre que se halla escrito en su semblanza Gotas de vida, luces u objetos luminosos solitarios polimorfos, solitarios o conformando verdaderos escuadrones. Inmóviles o desplazándose de manera insólita. “Son OVNIS” señalan los testigos en su generalidad, y en ocasiones hay quienes se animan a relatar sucesos como el presente caso.

A manera de conclusión
Retornando a la experiencia relatada, es probable que los tres incluyendo el perro, por los signos y síntomas descritos, más su proximidad al desconocido ingenio, sufrieron los efectos de una emisión de energía de origen probablemente electromagnético. Al respecto, es poco probable que el grupo haya permanecido inmóvil por un lapso tan prolongado sin congelarse, en un descampado altiplánico nocturno expuestos a las inclementes temperaturas del lugar. Por esto pienso en la posibilidad de su abducción al interior de la nave para ser sometidos a procedimientos de investigación biológica (extracción de células, tejidos, fluidos, inserción de implantes, control mental, manipulación conductual u otros procedimientos desconocidos). Llama la atención la muerte del can, que pudo ser deliberada o accidental. En resumen este caso pudo tratarse de un contacto desequilibrado con una especie extraterrestre, con características tecnológicamente superiores a las nuestras, de cuyos propósitos solo podemos especular. Don Francisco, interrogado con una pregunta suelta de su opinión personal respecto al motivo de la presencia del OVNI en ese lugar señala: “Mi abuelo al enterarse de nuestra experiencia nos dijo que cada vez vienen y lo hacen para abastecerse de combustible…”. Reflexionando sobre este aspecto, llama la atención la presencia de OVNIS en lugares desolados algunos relacionados con la minería o vecinos a centrales eléctricas, nucleares o como en este caso en regiones de suelos ricos en minerales. Debemos recordar que antes de marcharse la nave proyecto un poderoso haz de luz sobre el terreno y en otro fragmento de su relato señala ¡… había un olor a azufre… “olor” que no fue referido en los momentos iniciales del avistamiento, cuando reinaba un silencio absoluto. Este olor sulfuroso o parecido a él, podría relacionarse con un procedimiento químico, electroquímico, nuclear o de otra naturaleza en el proceso extractivo de materiales terrestres requeridos. Un mes después de la entrevista Don Francisco me aseguro que en la zona había yacimientos de uranio, extremo que no pude verificar.

Existen testimonios que muestran a la especie extraterrestre de los “Grises” similares a los observados en el avistamiento de la Cueva del diablo de la Quebrada de San Bartolomé, quienes estarían trabajando conjuntamente con el gobierno de alguna(s) superpotencias mundiales transfiriéndoles tecnología armamentista entre otras. Se los involucró en la inusitada modernización del aparato de guerra de los nazis, quienes al margen de haber introducido en la II Guerra Mundial tecnología de punta en ingenios de aniquilamiento, como eran los aviones de caza a reacción Messerschmit 262, los cohetes V1 y V2 y la pavorosa bomba atómica, y se hallaban en camino de fabricar sus Wunderwaffen o “armas maravillosas” : El Cañón de viento, el Cañón sónico, el Arma vórtice, el Cañón solar y la Bomba endotérmica, monstruosos armamentos al servicio de la muerte, de cuyo conocimiento aprovecharon los aliados al repartirse los científicos alemanes capturados. Todo esto sin ponerse siquiera colorados. Asimismo, se habla del uso de métodos de propulsión para naves aéreas por taquiones o anti gravedad, para hegemonizar el planeta Tierra con la finalidad de organizar el Quinto Reich, según versiones publicadas en fuentes, tal vez no exentas de intereses de “intoxicación mediática” o de una auténtica revelación de secretos al gran público…

-Uff… Acabe la historia a tiempo, espero sea verosímil para todos los que la lean y sobre todo para ustedes que espían mis movimientos desde allá arriba; les agradezco las atenciones previas en su nave. De esta manera, acabé este relato alienígena para publicarlo en la revista…

*Gonzalo Montero Lara, poeta y escritor de ciencia ficción y narrativa fantástica

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