“La Ficción Debe Ser Visceral, no Adorable y Lírica Todo el Tiempo”. Entrevista con el Escritor Escocés Hal Duncan.

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(English version)

Hal Duncan es un autor multifacético que a parte de sus novelas es un blogger activo, escribe poesía, canciones e inclusive ha escrito un musical llamado Nowhere Town (Presentado por primera vez en junio de 2010 en Chicago por el grupo de teatro de la Universidad de Chicago. La obra fue dirigida por Beth Walker)

El mes pasado fue el invitado de honor de la celebración de la legendaria revista de ciencia ficción finlandesa Tähtiväeltäjä. Esta no es la primera vez de Hal en Finlandia. De hecho en 2010 la misma revista le otorgó el premio a mejor libro de ciencia ficción traducido al finlandés. Es por eso que en esta oportunidad el fandom finlandés aprovechó su visita para adoptarlo “oficialmente” (Sí, ahora es parte del fandom finlandés y hay un documento que lo prueba.

En su última noche en Finlandia, él aceptó amablemente responder a algunas preguntas.

Tanya Tynjälä para Amazing Stories: Estás considerado como un autor new weird. Pero a pesar de aceptar la etiqueta, prefieres no considerarte solo como un autor de ese subgénero. ¿Podrías explicar porqué?

Hal Duncan: Crecí leyendo una ciencia ficción que era muy abierta y varias, me refiero a la de escritores de la New Wave como Michael Moorcock o Samuel R. Delany quienes escribían ciencia ficción experimental, sin ninguna clase de límites y para mí eso es natural. Creo que con el paso del tiempo, los lectores pensaron que tenían muy clara la distinción entre ciencia ficción y fantasía y cuando alguien como Delany llega, todos se preguntan: “¿Escribe fantasía o ciencia ficción?”La gente está tan vellumconvencida de sus conceptos que tratan de poner la etiqueta que piensan es la más adecuada. Lo que resulta en que para los lectores de ciencia ficción se trata de fantasía y para los de fantasía, especialmente para los que tienen un fuerte concepto de lo que es fantasía, se trata de ciencia ficción. Lo mismo sucede con lo que yo escribo. A mí también me hacían la eterna pregunta al empezar a publicar y ya no quería seguir molestándome en tratar de entran en una casilla o la otra. Por eso he adoptado el término “Ficción Extraña”. Lo prefiero porque es una descripción amplia de cualquier tipo de ficción rica en elementos que pueden ser extraterrestres, robots o ángeles. Como sabes algunas personas discuten aún si Kafka o Borges so escritores de fantasía, otros te dirán que de realismo mágico. Yo prefiero decir: “No importa, es solo ficción extraña”.

AS: Muchos de los escritores cuando hablan de este tema, dicen que las etiquetas son más un problema de la editorial que del escritor. Las editoras crean esas etiquetas para que los lectores puedan ubicarse entre tantos libros.

HD: Es verdad y pienso que es genial. La etiqueta está allí para los lectores que la necesitan. Personalmente no me importa como se llame a mi obra, no me molesta si un editor me publica como ciencia ficción o como fantasía, mientras el código funcione, mientras la narrativa funcione. Yo solo quiero escribir. Por eso mientras la gente no me impongas sus preconceptos, no esperen que escriba algo que nunca iría a escribir, yo continuaré escribiendo la historia que quiera ser escrita, sea cual sea el nombre o género que le quieran dar.

AS: Muchas de tus historias gravitan entre el cielo y el infierno. ¿Podrías explicarnos por qué?

HD: Sí. A pesar de haber sido criado ateo, cuando era niño entré a una organización juvenil llamada Boys Brigade, solo porque mis amigos estaban allí. Era una organización cristiana, por lo que debíamos ir a la escuela de domingo y a la iglesia. Al escucha a los profesores, yo siempre pensaba: “Todo esto está realmente equivocado”. Había tanto que era en realidad malas enseñanzas. Algunas de las historias del Antiguo testamento como Sodoma y Gomorra o la Torre de Babel en donde la gente está tratando de ser mejor y Dios los castiga. Desde el inicio: Adán y Eva en el jardín del Edén. Dios les dice: “Aquí está el conocimiento de lo bueno y lo malo”. ¿He aquí la comprensión ética de lo que es correcto y erróneo y los bota cuando lo toman con ellos? Dios es el malo de la película. ¿Qué es lo que quería esconder? Cuando leía esas historias de niño, estaba completamente convencido de que Dios era algo que se debía odiar. Por eso me rebelé de alguna manera contra ello. Por otro lado al ser gay, hay algunos puntos en la religión, especialmente en el cristianismo con la que tengo muchos problemas, o mejor dicho: ellos tienen muchos problemas conmigo. Las historias bíblicas han sido usadas durante siglos, y siguen siendo usadas, para justificar hacer daño a la gente. Si bien ya no se queman viva a la gente, la iglesia sigue siendo una fuerza contra el progreso. Por ejemplo la Iglesia Católica de Escocia es una de las más grandes opositoras al matrimonio igualitario. En Estados Unidos ciertos grupos religiosos tienen clínicas para “curar” la homosexualidad. Por eso siempre quise escribir historias para adolescentes, para que puedan crecer con otro punto de vista. En algunas culturas, como la del “Cinturón Bíblico” de los Estados Unidos, quizá es imposible hablar de estos temas con tu familia, pero los escritores podemos ofrecerles otro lado de la realidad sin que corran el riesgo de exponerse. Quiero decir que si por ejemplo van a una librería y toman mi libro “Vellum” del estante, nada grita “literatura gay” en él, por lo que pueden comprarlo junto con otros libros, no van a meterse en líos con su familia por comprar mi libro, como sucedería si compran por ejemplo una revista gay. Pero quizá puedan encontrar algo en mi libro que les dé esperanza. Esta es la gran fuerza literaria que me guía: escribir para alcanzar a otros jóvenes adolescentes viviendo en circunstancias diferentes a la mía y hacerles saber que no están solos.

AS: En otras palabras estás haciendo algo que ya se ha hecho antes: usar la ciencia ficción y la fantasía como un instrumento político. Por supuesto no todos van a leer el libro de la misma manera. Para algunos será solo una historia divertida, pero otros verán más allá.
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HD: Exactamente. Como la ciencia ficción y la fantasía son géneros comerciales, no necesita ser solemne, puedes escribir sobre temas serios pero no en una manera solemne. Si quieres comprometer políticamente a la gente, es mejor no ser solemne, aburrido. Por otro lado, como es una literatura considerada popular puedes acceder a una audiencia más amplia usando la fuerza de la metáfora. Por ejemplo mi libro “Scruffians” es una colección de cuentos en donde hay unos jóvenes que son estampados con un artefacto mágico. Les colocas el artefacto en el pecho y “lee” todo sobre ellos, exactamente cómo son. Pero cuando lo colocas nuevamente éste los “graba” permanentemente, para que puedan quedarse iguales para siempre; no necesitan comer, no pueden ser heridos, si por ejemplo pierden una mano, ésta les crecerá nuevamente. Esto es muy útil porque son ideales para trabajar en las fábricas de ese mundo que son muy parecidas a las de la época victoriana. En otras palabras se vuelven labor infantil. Indirectamente las historias hablan de la explotación, son una crítica al capitalismo. Pero además en algunas de las historias los niños logran escaparse y una vez libres viven en comunidades propias. Es decir que también se exploran algunas ideas anarco-socialistas en el libro, pero todo hecho en un tipo de narración Neil Gamanesca, el tipo de cosas que le gusta leer a los jóvenes adultos.

AS: Encuentro tu prosa muy poética, además también escribes poesía. Creativamente, ¿hay alguna diferencia para ti entre la prosa y la poesía?

HD: No realmente, tengo una aproximación muy similar al escribir ficción y al escribir poesía. Esta aproximación es: La palabra importa, las palabras son la única sustancia. Siempre se dice: “muestra, no digas”, para mí esto es muy vago. Yo prefiero decir que el objetivo de escribir es conjurar, no solo comunicar. Si alguien escribe solo para describir una historia, el resultado será plano y sin vida. La clave e conjurar la historia en el cerebro del lector, palabra por palabra, frase por frase, párrafo por párrafo. Es casi como si estuvieras disparando palabras al lector y estas palabras lo golpean en la frente y explotan conjurándole imágenes. Para mí es muy importante la dinámica del nivel de la frase en prosa. Como lo habrás notado, muchas de mis historias están divididas en secciones por títulos o por números y cada una de estas secciones consta de cuatro partes, cada una de las cuales tiene exactamente cien palabras. Esta es una limitación arbitraria, pero te fuerza a escribir de manera realmente económica, ergonómica. No creo que el estilo y el contenido estén separados. No creo que el estilo sea solo un elemento adicional frente al contenido. Las palabras son la única sustancia, son la forma de la narrativa en tu cabeza. Para mí el estilo no es rellenar con cosas una frase que ya funciona por sí sola solo para añadir “efecto”, estilo quiere decir hacer que la frase de lo mejor de sí misma, crear algo que sea atlético y vigoroso, vital y accesible al lector. Estilo quiere decir trabajar para el lector, entretener al lector. Y todo tiene el mismo peso: el estilo y el contenido. Es como organizar una cena con diez platos: las cosas tienen que seguir un específico orden, no puedes solamente apilar un plato sobre el otro. Cuando construyes algo, tienes que respetar la dinámica. Muchos pueden pensar que lo importante es la historia. Es verdad, pero la historia es conjurada por la narrativa. Una mala construcción no conjura. Por supuesto que al leer algunos solo buscan puntos de referencia para poder leer por encima. Por eso ciertos escritores utilizan fórmulas bien manufacturadas, eso funciona con algunos lectores, pero para mí el lector es el que está haciendo todo el trabajo en ese caso. Solo porque el lector puede “leer por encima”, no quiere decir que yo como escritor aspiro a “escribir por encima”. Pienso que ciertos escritores vienen con esa actitud. Si escribir por encima es suficientemente bueno para los que quiere leer por encima, bien por ellos. Pero para mí eso equivale a insultar a los lectores, insultar a la audiencia y no darles las dinámicas de una buena ficción.

La ficción debe ser visceral, no solo adorable y lírica todo el tiempo. No se trata de lindura, se trata de visceralidad. Si ves Hal 1bastante ficción mal escrita es porque se comete el error de malinterpretar lo que es el estilo. Entonces agregan adverbios y otras cosas, complicando la estructura de la frase y piensan que están agregando estilo. Y están haciendo lo contrario: si eres consciente del estilo, el segundo borrador debe ser más corto, porque cada vez perfeccionas más. Cuando hago críticas, siempre repito los seis principios básicos en literatura: claridad, economía, especificidad, agudeza, concisión y fluidez. Esos son principios simples que construyen una buena dinámica de trabajo en prosa.

AS: Hablas de respetar al lector y eso me hace preguntarme cuán importante son los blogs para ti, porque es una manera de estar conectado con el lector.

HD: Me gusta escribir en blogs. Lo he hecho mucho. He dejado de escribir tanto en blogs, porque me he mudado a twitter. Cuando blogeaba, me divertía mucho escribiendo pero también leyendo las reacciones tanto positivas como negativas. I mudé a twitter porque pienso que es más social, como un grupo de gente reunida en un bar o en una verdadera conversación en la que puedes participar. Por supuesto en el blog la gente también puede comentar, pero no es tan directo.

AS: Publicas bastante en línea. ¿Qué opina tu editor al respecto?

HD: Bueno, la mayor parte del trabajo que está disponible gratuitamente son cosas difíciles de vender. Poesía por ejemplo, no hay mucho dinero en ella. Sé que ni hay muchas posibilidades de publicar profesionalmente mi poesía. Tengo un par de ediciones de colección de mis poemas, pero no se hace mucho dinero con esas cosas. En cuanto a mis microficciones, pues poesía y microficciones nunca se convierten en best sellers. Entonces, si no hay un gran mercado, por lo menos solo quiero ser leído. Además, escribir en ese caso puede ser aún más experimental y puede desembocar en futuras publicaciones. Las primeras historias de “Scruffians” estuvieron primero gratis en línea.

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Dos libros de Hal Duncan han sido traducidos en español: Vellum y Tinta, por editorial La Factoría de ideas (Colección Línea Maestra) 

Y no se olviden de disfrutar de su lectura en línea en su página web Notes from New Sodom.

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