CARLOS DANIEL VÁZQUEZ – Axxón- por M. C. CARPER

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M.C.Carper para Amazing Stories Magazine: Hola ¿Quién eres? Preséntate con tus palabras, por favor.

CARLOS DANIEL VÁZQUEZ: ¡Ay, esta pregunta me la llevo a marzo! Difícil de explicar, aunque la podemos resumir en “Porteño, de Buenos Aires, cuarentón, casado y con tres hijos, informático y docente de profesión e inquieto por vocación”. Pero creo que se puede resumir con “Soy Axxonita”.

ASM: ¡Por supuesto que eres Axxonita! Y además el creador de una tira ya muy conocida: “El Encarrilador” ¿Cómo empezaste a aficionarte en la CF?

C.D.V: Siempre me gustó lo fantástico. A la CF llegué en la adolescencia, junto con el gusto por las ciencias en general y la biología en particular. En un comienzo quería ser exobiólogo, pero eso empezó a morir cuando conocí a la otra especie con la que compartimos el planeta (las computadoras).

ASM: ¡Computadoras! ¿Eres programador o algo así?

C.D.V: Sí. Programo desde hace casi treinta años, y desde los 19 que lo hago profesionalmente. Pero no me limito a la programación, eso es sólo una parte de mi trabajo. Y disfruto mucho del uso de las computadoras.

Volviendo a la CF, en mi adolescencia fue fundamental la aparición de la colección azul de Hyspamérica, que se vendía en los kioscos de revistas, y luego mi llegada a ese caldo de cultivo que fue el CACyF- Y Axxón, claro, que fue completamente determinante.

ASM: ¡Sí! ¡La Colección de Hispamerica! Qué osadía de los editores para publicarla. En aquella época conocí a dos chicos más que la compraban, no recuerdo el precio, pero siempre teníamos plata para no perdernos ninguno ¡Y eso que éramos menores de edad! Hablame un poco del CACyF ¿Cómo llegaste ahí?

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C.D.V: Por accidente. Un amigo de uno de mis hermanos, que dibujaba, vio algunas de las ilustraciones e historietas que yo hacía con lapiceras Rotring, y me sugirió acercarme. Calculo que eso fue por el 86 o el 87. Y durante años fui todos los viernes. Nos juntábamos en un bar que existía en San José y Rivadavia (el para nosotros mítico San José 05) donde ahora hay una casa de comidas españolas. Mi grupo de pertenencia, los amigos más íntimos que tengo, son en gran medida miembros del CACyF.

ASM: Perfecto. Ahora cuéntame de Axxón, tu relación con esa publicación ya es legendaria,

C.D.V: Tiene que ver, claramente, con el CACyF. Siempre me gustó colaborar en todos los lugares que pudiese, y así pasé por gran parte de las publicaciones que existían en aquel momento, Todas eran en papel, e iban desde cuidadas ediciones a fotocopias dobladas por el medio, los famosos fanzines. En algunos me involucré más que en otros, y cuando salió Axxón, lo primero que hice fue maravillarme, porque sabía lo complicado que era hacer algo así. En ese tiempo yo no tenía PC propia, pero cada tanto programaba algo para DOS (en ese momento trabajaba con grandes equipos, de los que se denominan mainframes, para una gran empresa gráfica). El concepto de Axxón fue algo muy especial y siempre estuve cerca de la idea, pero primero me atrajo como lector, pues no podía hacer demasiado sin máquina.

Pero entonces me compré mi primera PC, y no exageraría si digo que fue en gran parte para poder leer Axxón. Ahí comencé a acercar algunas cosas, ya se estaba alejando Fernando Bonsembiante (el otro creador de Axxón), Eduardo Carletti ya había reescrito muchísimo código de la revista, mejorándolo constantemente junto a Rodolfo Contín. Agregándole nuevas cualidades. De repente (cuando ya había publicado un par de cuentitos e independientemente de eso), me encontré escribiendo rutinas de procesamiento de imágenes, una versión del Memotest, un font y varias cosas más. Ahí influyó siempre el estilo de Eduardo, que siempre buscó de sumar gente e ideas. Si bien el motor principal de Axxón es Edu (y sin él Axxón no existe), Axxón siempre fue un equipo de gente, una creación colectiva. Mucha gente hizo sus primeras armas allí, en lo literario y en eso de hacer una revista. En algún momento, hace muchos años y recién casado, sentí el impulso de armar mi publicación, y ahí me abrí un poco. Pero después me di cuenta que era una estupidez, porque estoy completamente identificado con Axxón, nos “pertenecemos mutuamente”.

ASM: ¿Y cuando sentiste el impulso de escribir?

C.D.V: Cuando a los tres años abordé la obra de Proust, Whitman y Joyce… Já, no, mentira: pero arranqué temprano. Ahora que lo pienso ya en sexto grado de primaria recuerdo haber armado una obra de teatro para la escuela, sobre “Almorzando con Mirtha Legrand” (Programa popular de la TV argentina), pero donde intervenían, entre otros, Tarzán (a quien interpreté yo mismo, patético salvo por un buen grito tarzanezco que mereció aplausos) y Los Locos Adams. Pero seguramente esto empezó mucho más temprano, con la lectura de los libros de la colección Robin Hood (los de tapa amarilla de la Acme). Una de las imágenes más claras y felices es el ver llegar a mi viejo a casa con fardos de libros en cada mano. Y después, claro, está la adolescencia, donde uno necesita decir cosas: probé poesía (desastre, tipo Martín Fierro), le escribía canciones a las chicas (más desastre) y cuentos breves para Castellano (siempre buenas notas, amaba hacer eso, al igual que leer en clase las obras de teatro clásicas que nos daban). Ojalá hubiese guardado alguna de esas piezas para mirarlas con el ojo del tiempo.

ASM: Sí, señor, esa Colección Robin Hood fueron las primeras lecturas de un montón de niños, y no tan niños, en America latina. ¿Qué temas te gusta abordar en tus cuentos?

C.D.V: Lo que salga. No tengo temas, pero sí inquietudes: me interesa lo humano, el conflicto de vivir y cómo nos hacemos mierda, lo crueles que somos con nosotros mismos sin medir las consecuencias. También me interesa jugar con lo que escribo, uno no tiene la cabeza siempre lista para hablar de temas profundos.

ASM: Humm ¿Sabes? Al leerte estoy seguro que contigo puedo hablar temas profundos, já, já. ¿Cuál es tu aspiración? ¿Fama?

C.D.V: Mira, con cuarenta y pico de años encima lo único que me interesa es dejar algo. Pienso que la única marca que dejamos es nuestra calidad humana y lo que podamos hacer por el otro.

ASM: ¡Ah, la lucha contra el tiempo y el olvido! Difícil ¡Fíjate en las pirámides de Egipto! Todos los esclavos que murieron para hacerla y solo mencionan a un arquitecto que quizá jamás existió. Menos le debe importar al faraón. Pero entiendo bien lo que dices y es un punto clave ¿Por qué escribimos? ¿Para levantar minas como dice Alejandro Dolina? ¿Para ganarle un minuto más a la eternidad? Yo creo que hay hambre de decir algo, de expresarse en un lenguaje personal. Tal vez ese lenguaje no sea interpretado por todos los lectores. Te cuento, yo hago guiños en los dibujos y los cuentos para ser descubiertos. Como códigos secretos buscando algún alma gemela. Sé de otros escritores que lo hacen también. ¿Coincides con algo de esto?

C.D.V: En la historieta sí, suelo meter muchos guiños “para entendidos”… pero creo que nadie los entiende. Escribiendo yo no me levanté a nadie, pero seguramente todo pasa por la necesidad de contar. Tal vez por eso cada vez escriba menos: no tengo ganas de contar cosas que terminal mal, y casi todo lo que se me ocurre termina así. Dicen que la Ciencia Ficción es el grito de alerta de la literatura hacia la humanidad, pero se ve que las luces de las explosiones son tan bellas que a nadie le importa que atrás venga la onda de choque. ¿Será por eso que ahora están de moda los vampiros y los zombies?

ASM: Puede ser. ¿Qué es lo que te hace juzgar si un relato es bueno o malo?

C.D.V: Esta sí es difícil, porque en parte debí aprender a evaluar relatos más allá de mi gusto personal. Si es de CF o fantástico debe tener una idea fuerte, y sus personajes no deben ser cartón pintado. Pero por sobre todo debe estar bien escrito y respetar sus propias reglas y universo. Una cosa que me rompe mucho la paciencia es cuando el autor me explica cosas. Hay autores que suelen subestimar al lector, yo creo que hay que dejarlos investigar por su cuenta o completar con la imaginación.

ASM: Uff, esto también es difícil. Yo pensaba como tú, pero el paso por los talleres literarios me demostró que hay gente que se pierde cuando hablás de orbitas geoestacionarias o nanobots. Pero sacando términos propios de la ciencia ficción hay que saber hacerse entender sin explicar cómo bien mencionas. A propósito ¿Extrañas Taller Siete?

C.D.V: A mí todavía me gastan por un cuento que nunca llegó a nada, al que denominaron “el cuento de la cieguita”. ¡Fijate que en el cuento no había ninguna cieguita! Se ve que no se entendía nada, era un mamarracho. Y no, no extraño Taller Siete. Reconozco que allí se hizo un gran trabajo, y que hoy Sergio hace lo suyo y muy bien por otros lados. Pero creo que los talleres virtuales sirven si detrás hay un trabajo organizado. Mucha gente los usa para cultivar el propio ego, y eso me cansó. Si extraño muchísimo unas reuniones que hacíamos los viernes en la casa de Aníbal Gómez de la Fuente, quien hoy vive en Canadá. Extraño las reuniones y lo extraño a él, un Gran Amigo.

ASM: ¿Estás de acuerdo con los filtros de edición? ¿Quién debería realizarlos?

C.D.V: Si te referís al filtro evaluativo pre publicación, sí, claro que lo estoy. Absolutamente de acuerdo. Eso ha evitado que publique obras mías abominables, por las que moriría de vergüenza. Creo que son indispensables para mantener la sanidad de las publicaciones y, por extensión, ayudar a mejorar la calidad de los autores. Pienso que uno de los peores errores de los autores nóveles es la autopublicación en Internet, porque en ese momento uno no sabe evaluar lo propio y cree que todo lo que escribe es merecedor del Nobel.

ASM: ¡Tal cual! Y acá tocamos un tema interesante y es la carencia de autocritica de personas que escriben por ego. Antes hablábamos de las razones para escribir. Descubrí que hay personas que sólo escriben para que las reconozcan como escritores. Es lo que dices de tantas novelas promocionadas por medio de blogs o sitios web. ¿Pero cuanto puede durar eso? ¿Realmente alguien lee esos blogs? Sucede que hay cosas que no se pueden disimular. Si yo te menciono a Robosiquiatría de Giorno, Ajolote de Oviedo o El Jaleo de Ortuño & Nimo y me contestás que ya los vas a leer, a menos que recién hayas descubierto que hay escritores de CF hispana, concluyo que estás en otra cosa. ¿Qué opinas acerca de esto?

C.D.V: ¡Pero vos me nombras señores escritores! Creo que lo de la autopublicación compulsiva es parte del proceso de crecimiento de casi todos los escritores, y no digo todos porque otros “cajonean” su trabajo, que creo es lo más sano. Cuando veo aparecer a un Juan Pirulo en cualquier lista de aficionados con un “Hola, soy Juan Pirulo y mi gran novela ‘Mirá lo que se me ocurrió’ está a la venta y podés leer su primer capítulo aquí (y sigue un link)”, o cualquiera de sus variantes, me da alergia. Pero tampoco sirven otros vicios, como el prender en talleres sólo para que otros lean lo propio y después poner excusas para no leer lo ajena, o limitarse al “me gustó” o “no me gustó”… dejémosle eso a FaceBook. Otro vicio que me molesta es aquel que asumen algunos editores, que piden material a raudales sabiendo que nunca lo van a publicar. No sé, tal vez sea yo, que soy un hinchacocos, pero creo que hay que respetar a todo el “ecosistema” literario en el que nos movemos.

ASM: Ahí coincido, me parece un horrible ninguneo que te pidan un laburo, un dibujo y después no lo publiquen. Indirectamente te están diciendo que tu tiempo no vale nada. En estos casos yo pongo el reloj de arena y si del otro lado no hay ni una mínima palabrita… ¡Chao! Hay montones de dibujantes, vete a joder a otro. ¿Qué opinas de los neologismos?

C.D.V: Que son indispensables. Las lenguas están vivas y así deben permanecer. Si no hubiese neologismos me preocuparía mucho, porque querría decir que estamos estancados. Pero ojo: no hay que abusar. Tenemos la dicha de un lenguaje profundamente rico, que generalmente no aprovechamos.

ASM: Así es. ¿Qué es la CF para ti?

C.D.V: Muchísimo. Para mí es una forma de pensar, una forma de encarar la realidad.

ASM: Encarar la realidad… Y esto me recuerda un hilo de discusión en la lista de Axxón acerca de los meritos de Steve Jobs. Vos sabés que cuando pensé como encarar este blog hice el cuestionario —era mucho más largo que el actual— y garabatee una lista de personas, amigos para invitar. Al mismo tiempo me di cuenta que estaba mal jerarquizar a las personas ¡Todos somos iguales! ¡Todos somos importantes! Algo de eso me pareció notar en tus comentarios sobre Steve Jobs. Mencionaste el valor de los escritores hispanos ¡Y de los editores! Hasta creí entender que, igual que yo, no ves como dioses inalcanzables a los autores americanos de los cincuenta. ¿Qué puedes decir sobre esto?

C.D.V: Creo que las jerarquías son afines a un sistema. Tampoco quisiera caer en una meritocracia. Más bien quiero verlo como te decía recién, un ecosistema. No vivimos solos, no somos nada sin las personas que tenés a tu alrededor. Pero no considero que todos seamos iguales e importantes de la misma manera. Creo entender lo que decís, que todos merecemos igual trato e iguales oportunidades, pero de ahí en adelante todo pasa por uno. Respecto a Jobs, me siento muy identificado con él, porque mi formación es completamente autodidacta. Soy un tipo muy curioso, y la educación formal me asfixia. Así y todo soy docente, y una de las primeras medidas que tomo como tal es respetar las ideas de mis alumnos. Si hay algo que se aleja mucho de cómo lo hubiese hecho yo busco justificación para cada cambio. A veces mis alumnos me sorprenden con buenas ideas, y así soy yo el que aprende. Volviendo a Jobs, lo que nos diferencia es que él era, dentro de todo, un norteamericano, y sólo actuando como actuó se transformó en lo que fue. Si no, creo que aún estaría a medio camino de su garaje. El gran problema es que se estaba hablando de blanco o negro, y la vida y las situaciones humanas tienen tantas escalas de grises que uno termina cayendo en el error de la opinología.

Sobre los autores… ¿Sabés que a mí la obra de Asimov, salvo contadas excepciones, no me interesa? Es claro que no, y entre autores [norte]americanos y argentinos, prefiero a los argentinos. En Latinoamérica tenemos muy buenos escritores. Sigo a algunos escritores de habla inglesa actuales, tienen una voz distinta a la nuestra y también distinta a los clásicos. No podemos, creo, seguir mirando a los clásicos como dioses, primero porque esa no es nuestra voz, nuestra tradición, nuestra historia; segundo, porque eso es pasado. Tampoco me banco a los escritores locales que siguen “fatigando caminos” (por Borges).

ASM: Asimov… Pues sus libros me introdujeron a la CF y de ahí parte mi costumbre de mencionarlo. Creo que es un punto de partida adecuado para iniciarse como lector de Ciencia ficción. Además era muy marketinero y eso me gusta. La mayoría de los escritores de hoy no se promocionan y dan la impresión de ningunearse ellos mismos. Montones me dicen: Yo no soy escritor o no soy dibujante. Estarán esperando un diploma. ¿Pero quién está calificado para otorgar diplomas? ¿Y cuan larga es la vida para empezar a vivirla? Tampoco creo que haya que pedir permiso. Por supuesto, es muy acertado lo que dices sobre que no somos nada sin la gente que tenemos alrededor y en esta vida sin respuestas, solo nos queda hacer nuestras propias elecciones. Yo no creo en perdedores ni ganadores, tampoco en bandos. Por esta razón respeto igual a los que difieren como a los que coinciden conmigo. ¿Cuál de tus cuentos te es más querido? ¿Por qué?

C.D.V: No lo sé. Pero de mis obras, la más querida es El Encarrilador, que es una historieta. Es un compañero de muchos años, causa de muchas corridas pero también de mucho placer.

ASM: ¡Por supuesto! Te confieso que tengo una carpeta llena de tiras de El Encarrilador. Igual de el Regreso de Osiris o las Ondas Fraguianas. Puede que algún día, en un lejano futuro, un buceador desprevenido pase un buen rato leyéndolas y tal vez ¿Quién sabe? se pregunte por el autor y encuentre este diálogo. ¿Lo imaginas?

C.D.V:¡Jajaja! Sería muy loco. El Enca nació para Axxón, para vivir en la nube. Ahora que está terminada la primera historia, completa, de 500 tiras, puede ser que en algún momento la vuelque en un libro digital. Pero no creo que pase de eso.

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from the El Encarrilado blog.

ASM: ¿Crees que hay lectores para lo que escribes?

C.D.V: ¡Hola! ¿Hay alguien de aquel lado?

ASM: Asumo que sí. ¿Tienes un e-zine favorito?

C.D.V: Y sí, claro. Por algo soy “Axxonita”.

ASM: Debí imaginarlo. ¿Hay algún autor contemporáneo que sigas?

C.D.V: Muchos, muchísimos. De afuera y de aquí. Tengo un especial afecto e interés por lo que se escribe aquí y tengo la suerte de conocer a muchos autores. Y admiro a muchos de ellos.

ASM: Yo también. ¿Cuál es tu autor favorito?

C.D.V: Paso. No tengo un autor favorito. Si nombrara alguno probablemente sería un amigo, y sería injusto con aquellos que me han dado obras maravillosas.

ASM: ¿Según tu parecer, Los autores de Cf colaboran entre sí o son individuos aislados?

C.D.V: Creo que hay de todo, como en cualquier otra de las actividades humanas. Durante muchos años participé de talleres presenciales entre pares, y el laburo fue memorable. Hubo noches de fuertes discusiones, y una obra de esos talleres fue merecedora de un UPC (la de Alejandro Alonso, “La ruta a Trascendencia”). Pero no puedo hablar mucho más allá del círculo pequeño en el que me muevo.

ASM: ¡Qué exigente consigo mismo Alejandro Alonso! Hace unas semanas leí una entrevista donde comentaba que lleva años trabajando en una novela. Yo entiendo eso, porque hago algo así. Ocurre que necesitamos un tiempo para aprender a narrar. Es como dibujar, no se termina nunca. Ahora creo que la cantidad no es sinónimo de calidad. Por ejemplo Tolkien, escribió sólo dos novelas. Y hablando de Alonso ¿Cómo fue escribir el Borgiano juntos? Yo trato, pero no puedo identificar que parte escribió quién.

C.D.V: No puedo opinar objetivamente sobre Alejandro. Él y Eduardo Carletti (nombro a los famosos que escriben, nomás) son mucho más que amigos para mí, son parte de mi familia. A Alejandro muchas veces me da ganas de matarlo: extraño mucho sus escritos. Pero es claro que la vida diaria te consume el tiempo disponible, y escribir al nivel de Ale requiere muchísima documentación e investigación. Respeto mucho su decisión, aunque no me guste. Considero que mientras él no pueda escribir perderemos una de las grandes voces de la literatura argentina, creo que tiene muchísimo para dar, sus Argentinas alternativas me gustan mucho. Y yo siempre le insisto con volver al universo de “La ruta.”, hay una continuación que tiene título y una vaga idea general, pero no es más que eso. Me parece que voy a tener que comenzarla yo.

Respecto a Borgiano, es muy interesante lo que pasó allí, porque creo que sólo lo podría hacer con unas pocas personas: dejar completamente de lado el ego, por ambas partes, en función de la historia. Fueron muchas noches de viernes de discutir cada renglón a destajo, mas muchos mails. Nació de un cuento mío en un universo suyo (hay que ser generoso para compartir un universo propio con otros y Ale lo hace) que empezamos a tallerear y que se fue transformando. Casi todas las decisiones las tomamos juntos, algunas otras las tomó el y algunas otras yo. Pero no podría decirte qué está escrito por quien. Fue algo muy divertido que me gustaría volver a intentar. Y estoy casi seguro de que lo haremos.

ASM: ¿Qué opinas de los ilustradores?

C.D.V: ¡Que los envidio sana pero profundamente! De todos aprendo algo, y ojalá alguna vez alcance la dignidad de una calidad interesante. La ilustración es algo que me divierte, y si estoy inspirado creo alcanzar a hacer algo aceptable.

ASM: ¡Yerrkk! ¡Qué vi esa portada del Minotauro para Cuasar y está impresionante! ¿Cuántas portadas hiciste?

C.D.V: De la colección de Cuásar, tres de los libros (“El día del Minotauro”, “Las islas del Verano” y “El jardín de las delicias”) y la del número 50 de Cuásar. Ninguna de ellas está hecha con algo que me sugeriste vos: la compra de la tableta (en mi caso una Genius). En las dos primeras hay un popurrí de técnicas, desde inclusión de fotografía, digitalización de texturas, retoque digital y algo (o bastante) de dibujo. La de la novela de Paula (“El jardín de las delicias”) es un dibujo que hice en el colectivo y que fui trabajando a mouse, usando técnicas de pintura digital. La tapa de Cuásar 50 está programada en un lenguaje de renderización 3D llamado POV-Ray, donde se escribe la descripción de cada cuerpo en el espacio, su textura y color y cómo influye la luz y la cámara. Suena complejo, pero ser informático ayuda mucho.

Pero si tengo que sumar las portadas de Axxón, son muchas, muchas más. Incluso de la primera época de Axxón, cuando las tapas se programaban, se movían y cambiaban al azar (concepto de Rodolfo Contín) hay varias mías que mucha gente le atribuye a él, lo cual para mí es un halago. Y si contás las ilustraciones de los cuentos… la verdad no tengo idea, son un montón, y sólo contando lo publicado. En uno de mis blogs se pueden ver alternativas.

ASM: ¡La compra de la tableta! ¡CUAC! Como dijo Tulsha Doom: ¿Qué es la espada sin la mano que la esgrime? ¿Es importante la divulgación de las novedades CF?

C.D.V: Claro que sí. Sin ella sería imposible que el género se expanda. Y cuando digo divulgación no digo sólo de hablar de tal o cual libro, sino de ayudar a que se conozcan, a través de la publicación, aquellos ilustres desconocidos que si no sólo le mostrarían sus obras a sus tías, novias y otros familiares. Por eso amo a Axxón: por estos (hoy) veintidós años de hacer escuela.

ASM: Sí, pero estaría mejor gritar más, unir más voces. Desde donde sea posteo novedades sobre CF. Aunque a veces es frustrante. Te explico, por ética, no discrimino sobre las novedades, promociono todo. En una ocasión, conversaba con una persona que he promocionado por todos lados, entonces le digo que había publicado unos diez cuentos en un e-zine a lo que me responde: ¡Ah, no lo sabía! El tema es que soy de divulgar lo mío, lo tuyo, lo de quien sea por el mismo medio, en los mismos lugares. Si no viste la noticia sobre mis cuentos que estaba justo a lado de la tuya ¿Qué viste? Muchas veces pienso en Axxón o en Alfa Eridiani, o miNatura y si realmente los autores leen otra cosa más que su propio nombre en la revista. Si esto es así, por lo menos sería bueno hacer el esfuerzo de dejar un comentario o un saludo al autor de otro cuento. Una cosa si es segura, creo que Axxón es el e-zine que más intercambio recibe de sus lectores. ¿Qué opinas sobre esto?

C.D.V: Eso que mencionás tiene que ver con lo que te contaba antes, de la molestia que me causa el autobombo autista (que no es tu caso; si no, no estaríamos aquí charlando). Creo que Axxón hizo escuela y es el buque insignia (eso creo yo y seguramente mi mirada es parcial). Creo que los autores en general no se leen, creo que te “enchufan” lo que escriben y nada más. A veces pienso que muchos escritores no son lectores, que sólo se limitan a escribir y ya. Pero no sé si puedo criticarlos, porque yo mismo carezco de tiempo material para hacer todas las cosas que me gusta hacer, tengo una familia que me necesita y a la que necesito, dos trabajos que me insumen mucho tiempo… es complicado.

ASM: Sip. ¿Qué opinas de la autoedición?

C.D.V: Depende. Si te referís a aquella autoedición que tiene que ver con la autopublicación en Internet en blogs, por ejemplo, pienso que es dañina, en especial porque esa obra muchas veces no fue trabajada como se debería. Pero la autoedición digital en otros medios, como por ejemplo la edición cuidada de un libro de obra ya publicada y bien evaluada en otro mercado, como por ejemplo crear un libro digital de edición bien cuidada y llevarla a una librería virtual de alcance mundial puede ser un buen camino para penetrar en “mercados” que de otra manera serían inalcanzables, llegar a lectores insospechados. Pero no creo en la autoedición en papel, prefiero el apoyo de algún editor, de preferencia pequeño y especializado, que sepa sobre el género y que sólo se arriesgará si nuestra obra es buena. El ego suele jugarnos sucio a la hora de evaluar lo propio, y es mal consejero.

ASM: Muy mal consejero. Creo que en las plataformas electrónicas está el futuro de las ediciones. Nosotros somos del tiempo del papel y nos resistimos a este cambio. Nos duele podría decirse, pero las nuevas generaciones van a preferir leer en una tablet. ¿Te animas a opinar sobre algún editor que te haya publicado? ¿O no te haya publicado?

C.D.V: No son muchos los editores con los que he tenido contacto, y a todos los respeto. Por lo que decía más arriba, y porque sé que el trabajo de editor es muy ingrato. Si prefiero resaltar la labor de algunos editores de publicaciones que conozco, cada uno con sus cualidades: Eduardo Carletti ya merece mención por el simple acto de crear (y luego mantener) Axxón, un sacrificio enorme y por a la que él dedicó buena parte de su vida. Es un tipo muy sensible y que piensa mucho las cosas. Confío en su juicio editorial. Luis Pestarini, editor de Cuásar, sabe muchísimo del género; lo considero un gran estudioso del mismo, y debe ser uno de los tipos mejor informados y preparados de nuestro país para dedicarse a la labor editorial dentro del género. Su colección de libros es de muy buena calidad y espero que pueda perpetuarla con nuevos títulos. Santiago Oviedo tuvo el buen tino de continuar la labor de Daniel Croci y su NuevoMundo a través de la publicación digital de NM, y me gustaría verlo más. Por último, creo que Laura Ponce ha aportado mucha frescura, tanto con Sensación como con Próxima.

ASM: Todo lo que mencionas es ahora parte de esta historia. ¿Ves televisión?

C.D.V: Muy poco. Diría que no. Hoy hay mucha basura, nunca fue tan caja boba como en la actualidad. Raya en lo “circo romano” y sólo beneficia al status quo. Lamento que no se utilice como se debe porque es un arma poderosa.

ASM: Hay una película hecha en joda “La Idiocracia”. Aunque parezca inefable, hoy es una realidad, no falta mucho para que se muestre sexo oral en vivo y el rating llegue a las nubes. Al lado de esto, Max Headroom es un poroto. ¿Qué opinas sobre los adelantos tecnológicos en la vida diaria?

C.D.V: Que están buenos, pero en general somos víctimas de un consumismo desmedido e injustificable. Pero el problema no son los objetos, sino las personas: somos monos con navajas.

ASM: Peor, somos monos pelados con encefalitis. Muy jodidos. Nos creemos de verdad que tenemos la potestad sobre las criaturas y las tierras. Cuando era niño veía las noticias sin que impactaran con su realidad en mi persona. Hasta que un día, a los diez años, vi a un tipo abatido por la policía a unas cuadras de mi casa, esa noche dormí lo más bien. Alguna vez maté un pato para comer. Hoy no puedo matar ni una oruga, ni una planta. En el camino a mi trabajo paso por tres villas y veo a las adolescentes con las panzas y bebés en brazos, a los flacos hablando de cobanis y fierros, En contraste cruzo Beccar y San Isidro donde pasean en autos de alta gama. Con Jorge Claudio Morhain y Felipe Ávila (Historietistas argentinos) hablamos de la infiltración de la cultura angloparlante y la ilusión del Sueño americano. Yo pienso cada vez más en el condicionamiento. Hiciste un comentario muy copado acerca de Jobs porque no había terminado la escuela y debido a eso no fue un engranaje más. Estoy de acuerdo absolutamente con eso ¿Qué puedes agregar sobre este asunto?

C.D.V:¿Viste “The Wall”? Fijate cómo todo tiene que ver con todo. Gente que no termina la escuela, o que tiene una educación informal, es aquella que con sus ideas cambia el mundo. Una discusión tonta y puntual sobre Jobs fue que alguien comentó que no había inventado el Mouse, que lo había “robado”. Los laboratorios están llenos de ideas geniales, muchas de las cuales no conoceremos porque no hay allí un Jobs que las lleve a la práctica masivamente. Para probar cosas, ideas, en este mundo hace falta dinero. O cambiás el sistema o te integrás a él para mejorarlo, porque creo que el problema somos nosotros. Para llevar adelante emprendimientos que alterarán nuestra realidad hacen falta fondos. Si leés o escuchás el discurso de la nigeriana Chimamanda Adichie, que Eduardo eligió como editorial de Axxón para la edición de Setiembre de 2011, verás ahí justamente eso: el poder de la palabra, y el poder de la voz propia. Pero el gran problema que tenemos nosotros, como nación latinoamericana, es que no tenemos una voz propia genuina y en realidad no tenemos muchos líderes que quieran realmente nuestro bienestar integral. Hay mucha corrupción, y esa corrupción es la que hace que cada vez estemos peor. Disculpame si mi discurso es oscuro, pero es lo que siento. En algún momento deberemos decir ¡basta! con todas nuestras fuerzas, hasta las últimas consecuencias. Durante mucho tiempo sólo creí en la maldad intrínseca del hombre. Hoy, después de conocer algunas obras y algunos movimientos que están naciendo, como las marchas de los indignados, creo que hay un rayito de esperanza. Luego de conocer la obra de Don Bosco aquí en Argentina (con todas las críticas que puede recibir la iglesia católica) no puedo seguir pensando lo mismo, porque veo lo que se hace y me admiro. Igual, todo depende de lo que realmente se pueda llegar a hacer: que un curita de barrio deba irse a otra provincia por amenazas a su persona, después de la gran obra que realizó en un villa de la ciudad de Buenos Aires y sus denuncias contra los vendedores de paco, y que detrás no haya jueces que investiguen a fondo me parece deplorable. La droga es una mercancía más, que da ganancia si se sabe invertir en ella, y andá a saber quiénes son los que ponen la plata en ese mercado. Las villas son funcionales a ese modelo, al modelo político actual… No quiero ahondar en eso para no irme de tema, pero aconsejo a todo el mundo leer mi libro favorito, diría de cabecera: “Las Torres del Olvido”, del australiano George Turner.

ASM: ¿Qué opinas de las nuevas formas de comunicación? ¿Y las redes sociales?

C.D.V: Creo que todavía es temprano para que podamos evaluarlo, estamos inmersos en la ola y no podemos tener una perspectiva clara sobre ello. Pero pienso que han vuelto a achicar al mundo, y muchos de los resultados de su uso son perjudiciales para las personas y, a veces, una herramienta poderosa. Es como todo: con una pala podés preparar la tierra para que sea sembrada o matar a alguien. Eso está en nosotros.

ASM: Ahora los chicos siguen aventuras a través de juegos de video o historias en cine condicionadas por el merchandising ¿Piensas que eso reemplazará a la literatura tradicional?

C.D.V: No la reemplazará, pero sí es, ya mismo, una nueva forma de arte, una nueva forma de contar y mostrar. No creo que sea literatura, si tuviera que compararlo con otro medio sería con el cine. Lo literario tiene algo que, a pesar de todo y salvo por la radio, ningún otro medio tiene: la posibilidad de que uses tu imaginación en casi todo su esplendor, porque no estás creando de cero pero sí completando con tu propia visión la obra del autor. Con respecto a las sagas de películas basadas en libros, especialmente los juveniles como Harry Potter o El Señor de los Anillos, por ejemplo, creo que fueron algo beneficioso que acercó los libros a la juventud.

ASM: ¿Por qué será que en la opinión general, la Cf es tan infravalorada?

C.D.V: Porque creo que mucha gente no la entiende, y muchos otros la conocen sólo por los fuegos artificiales del cine y sus efectos. Igual no creo que sea infravalorada. Simplemente el stablishment literario la suele ignorar porque su ego es más grande que su conocimiento, y leer fantástico queda mal. No obstante, y aunque tarde, hay muchos autores que comienzan a ser reconocidos. Por ejemplo pasa con Dick.

Sin embargo, conozco gente que formada bajo el paraguas de la Ciencia Ficción hoy piensa, desmenuza el mundo actual, e imagina alternativas.

ASM: ¿Imaginas que algún día conquistaremos el espacio como en Star Trek?

C.D.V: Me contentaría con no terminar como Morlocks y Elois, o comiendo Soylent Green. Y ojo, no veo el universo trekker como algo deseable, porque es un universo con un solo discurso. Y acabo de darme cuenta de que eso de los rojos siempre mueren (por los personajes secundarios que bajaban a los planetas y no sobrevivían al capítulo) pueden llegar a tener una segunda lectura.

ASM: Los rojos siempre se llamaban Benítez o Martínez. En las series policiales los delincuentes siempre son latinos o negros. Hace unos años vi EL PAGO, con Ben Afleck y Umma, hay una escena donde roban un reloj al protagonista en un transporte publico. Cuando la cámara enfocó a un chico latino, supe al instante que era un ratero y me dije: ¡Estoy condicionado! Si hubiese un holocausto climático o ecológico ¿Qué harías?

C.D.V: Lo mismo que todos: sufrirlo y tratar de sobrevivir. Creo que uno nunca sabe cómo puede reaccionar ante tamaña circunstancia.

ASM: ¿Cuál es tu película de CF favorita?

C.D.V: No tengo una película favorita. Sí un libro favorito, que es “Las Torres del Olvido”, del australiano George Turner (lo repito porque para mí es importante). De nuestro país amo, de autor vivo, la obra de Carlos Gardini y Eduardo Carletti, para mí referentes indiscutibles. Creo que si Eduardo hubiese escrito un poco más, si hubiese desarrollado más su idea del mundo, siendo el tipo sensible que es, hoy sería un referente mucho más importante dentro de nuestra literatura, y no sólo de nuestra literatura, porque lo considero más un pensador completo, un filósofo, que un escritor. Carlos Gardini tiene un manejo de la palabra maravilloso, pocas cosas me causan más placer que leer sus historias, y para mí es un equivalente a un Bioy Casares de la actualidad, aún con más riqueza en su idioma (eso lo acercaría a Borges). Ahí está: ellos dos son mi Borges y mi Sábato. Y a Gardini debo agradecerle, también, su labor como traductor. Muchos de los libros de autores angloparlantes de CF que llegan a tus manos están traducidos por él, y para mí sus traducciones no tienen equivalente. Justamente, su gran conocimiento de los dos idiomas hace que sus traiciones al original sean muchísimo más llevaderas que otras. Siempre nos olvidamos de los traductores, y quienes no leemos en otro idioma les debemos muchísimo a ellos. Hablo de los traductores posta, de los de verdad. En Axxón muchísimas de las traducciones las realiza la escritora Claudia De Bella, quien hace un trabajo de altísima calidad. Una traducción de cualquiera de ellos es una garantía absoluta, al igual que las de Luis Pestarini.

ASM: ¿Crees que los autores de Cf son nerds o ratones de biblioteca despegados de la realidad?

C.D.V: Muchos somos nerds, y estamos orgullosos de serlo. Pero estamos muy lejos de ser ratones de biblioteca alejados de la realidad. La buena ciencia ficción es un medio ideal para estudiar la realidad y sus posibilidades. Si no preguntale, por ejemplo, a Pablo Capanna.

Y si querés alguien que se aleja de ese modelo, el premio indiscutible se lo llevan Yoss y Saurio. Ambos son geniales.

ASM: ¿Cuál fue el último cuento de CF que leíste?

C.D.V: Los cuentos que forman parte del número de octubre de 2011 de Axxón. Fuera de Axxón, los cuentos del libro Colores Verdaderos de Pablo Dobrinin. Y si me preguntás sobre un cuentazo que haya leído en los últimos tiempos, resalto con fervor el cuento Otoño, de Teresa Pilar Mira de Echeverría, autora profundamente inteligente y sensible a la que no hay que perder de vista (el cuento salió en Próxima #11). Y recomiendo estar atentos a Axxón, porque están apareciendo muchas nuevas voces, algunas muy nuevas y muy buenas. El haber subido el bastón a la hora de seleccionar material está dando muy buenos resultados.

ASM: ¿Piensas que alguien leerá este diálogo?

C.D.V: No lo sé. Supongo que sí porque estás haciendo un trabajo memorable juntando todas estas charlas, trabajo por el que te estoy agradecido. Pero te puedo asegurar que está divertido contestarte, así que con eso puedo conformarme. 😉

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